Hace mucho tiempo quería hablar sobre las redes sociales, lo que pienso, lo que siento y lo que ha provocado en mi estar en ellas por el mal manejo de algunas personas.
Os contaré el porqué, aquí entrará la parte de mi vida personal para contaros lo que he vivido y lo que pienso de toda esta vorágine de internet.
Hace varios años ya, yo subía fotos por hobby a una red social muy conocida llamada Flickr, aquí podéis visitar mi cuenta que aún prevalece en activo. en aquellos tiempos mi intención era compartir con más fotógrafos, con personas con los mismos intereses y la vida me cambió en aquél tiempo… Como mis fotos gustaban fue cuando al tener un cierto movimiento de gente, entré en el mundo del trabajo online (como ahora) comencé dando cursos de edición fotográfica, me entusiasmó y a la fecha sigo amando el tener algo que decir al mundo, mediante mi trabajo, mis escritos, más no tanto sobre mi vida personal. Y pues yo no tenía Facebook y me rehusaba a tenerlo, era yo reacia a tener un Facebook porque no quería tener contacto con mucha gente, ya que sentía que compartiría mi vida personal, pero insistentemente había dos personitas que me decían: Angie, es indispensable estés en Facebook, si no estás en Facebook no existirás, así que debes abrir una cuenta y comenzar, luego entonces… después de esa lucha por unos cuantos meses llegué al Facebook y es así como continué con eso que yo había comenzado, la pasión fotográfica.
Ahora mismo tengo varias redes sociales, el motivo por el cual las tengo no es por motivos apenas personales, sino más bien laborales, es para mi importante compartir mi trabajo, el arte de lo que hago y eso es sobretodo. Es la parte más importante para mi pero las redes sociales me han llevado también a serios quebraderos de cabeza, iréis comprendiendo el porqué, mi vida se ha ido transformando por las famosas redes pero no por lo que maravillosamente veo en ellas, no por lo que aprendo, no por lo que las personas que sigo comparten con toda la buena intención al igual que yo lo hago.
Es ideal cuando sigues a alguien y amas su contenido, amas lo que comparten, amas lo que te aportan. Es por ello que yo tengo mis redes, mi página; ¡porque tengo algo que compartir! Quiero pulir mi contenido, acercarme a vosotros con un contenido que os sirva, mostrar mi obra pictórica, mis fotografías y ofrecer mis servicios tanto de diseño como artísticos.
Pero… ¿qué ocurre cuando hay personas que las redes son para demostrar otras cosas? ¿por esa parte narcisista? ¿vacío? Hablar por hablar, hacer de su Facebook un lugar de confesión. Facebook NO ES UN CONFESIONARIO… hagamos un punto de reflexión, las vitrinas, escaparates son Tiendas, son lugares para mostrar cosas que apetezcan a nuestros seguidores, a nuestros fans, a personas que por alguna cosita nos admire… pero ¿qué pasa cuando a voces vas contando tu vida privada que no le concierne a nadie? Esas cosas que se gritan, que te pones el altavoz para decir lo que te duele, el dolor, la traición, o el egocentrismo de lo que “SOY” pero no soy… todo eso es… ¿qué os digo que es? Respeto a las personas que tengan estas actitudes, por supuesto… pero esta primera parte os diré… Y como una influencer dijo muy sabiamente… LAS REDES SOCIALES, TU REFLEJO…
Ojalá y fueran los selfies chulos, ojalá y fuera la vida maravillosa, ¿sentirte importante? vociferar lo que no resuelves por no hablarlo con las personas indicadas, llenarnos de indirectas, de cosas que puedan hacer tanto daño… En fin… el próximo jueves seguiré con esta historia, seguiré contando lo que pienso y de cuánto daño pueden causar nuestras redes…
Mientras tanto, yo… sigo hablando de lo que más me gusta, arte, diseño y compartir con vosotros mi trabajo. Es una prioridad para mi.
Os invito a quienes deseen seguirme en mi Facebook, Instagram, y no precisamente para que veáis lo guay que soy… sino para seguir compartiendo lo que tengo para el mundo…
Si me buscáis en las redes, en Google, encontraréis que tengo algo que aportaros, no mi vida personal, simplemente veréis fotografía, entrevistas, exposiciones, comentarios, enseñanza… pero no os entrego mi vida para que la juzguéis ni para que tengáis que hablar de mi, que no sea Angie, la artista…