Este pasado 1 de Noviembre he expuesto esta obra en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Córdoba, Veracruz. El nombre de la exposición es el nombre de mi cuadro, LA MUERTE SE PINTA VIVA – decidí poner ese mismo nombre a mi pequeña muerte…
Participaría en la exposición del 2do. Festival de las Artes Plásticas Córdoba, estaba inquieta porque no sabía que pintaría, le daba vueltas a mi cabeza y estaba claro que no quería yo pintar algo típico pero sí quería yo plasmar algo inerte, algo frío pero a la vez con vida.
Una vez lista con esa tabla sin nada, comencé a darle forma con la pincelada, ya tenía una imagen de una fotografía que me aportó una idea, la chica tenía una pose que me gustaba y es cuando decidí transformar y dar forma a mi obra. Mientras la pintaba todo iba fluyendo, era como estar en trance, corrijo… más bien ¡estaba en trance!
En ese momento afloraron en mi muchísimos sentimientos, quería hacer honor a un día tan importante en México, que se celebra y une a la gente, quería por primera vez vivir esa experiencia que comparte el país entero y fluir con ello.
Vinieron a mi años de vivencias, de situaciones que he librado, de dolor que he experimentado, con esa pérdida del ser, del yo, he muerto muchas veces de mil maneras, he muerto para renacer y para reinventarme, he muerto para volver a vivir, lo que más me gusta es que he muerto para activar la luz en mi vida a pesar de la oscuridad.
He ‘perdido’ a muchos ‘amigos’ por mis muertes, y lo digo así porque en esa muerte donde te ves en un pozo sin fondo, donde te ves en ciertos momentos desesperada, sin ilusiones, sin vida incluso, los ‘amigos’ te reprochan, reprochan tu no estar para ellos, te reprochan que los utilices (así se sienten las personas a veces cuando te echan una mano) cuando tú no tienes la posibilidad de poder agradecer como quisieras porque tu energía está tan enfocada en salir del hoyo y es cuando estás haciendo eso y te comienzan a echar más tierra con su desconfianza, reproches, te llaman de todo y esto ocurre por una simple y sencilla razón, ellos no son tú, ellos no están en tus zapatos, ellos no saben nada de ti y es cuando la ‘amistad’ se rompe.
Situaciones inconformes, problemas laborales, te hundes y te hundes… pero sin embargo te mantienes, no sabes como pero te mantienes firme, queriendo dejarte caer, queriendo que esto termine ya de una puta vez. Sueltas, te sueltan… pierdes lo que más amas, pierdes lo que nunca tuviste y esa pérdida es la que te hace caer, doler, tener heridas y sin embargo mientras estás ahí, muerta en vida… te descubres a ti misma, descubres que no has muerto, que tu corazón a pesar del dolor y de sus heridas sigue latiendo, lo tomas, lo besas y le dices que todo estará bien, que debes seguir adelante, que debes seguir aún muerta en vida… y cuando eso ocurre, miras tu espejo y te decides, todo parece magia, la vida espiritual que practicas es maravillosa, te das cuenta que tienes cientos de ángeles que están ahí para protegerte, cuidarte y ayudarte, que todo surge y que lo que querías ocurre, por un par de palabras que incrementas con fuerza en tu vida y estas son: LUZ Y AMOR.
En la esperanza está el hacer, la palabra esperanza no existe para mi, yo no quiero esperar, eso significa esperanza, yo lo que quiero es vivir con vida, con amor y luz para dejar y permitir que lo bueno siga llegando y ser un imán de ello. No espero más, soy mil por ciento diferente de aquella mujer que llegó a México para encontrar grandes maestros que me han llevado a ser lo que soy.
Así que, tengo el honor de presentar esta obra, Catrina, mujer de buena vida, a la que también la muerte le llega, pero sabe sortearla, y finalmente, esa muerte es la máscara que cubre tanta luz y tanta vida.